La crisis económica en Cuba se encuentra en pleno apogeo, y una peculiar evidencia de ello es la reciente noticia sobre una cafetería habanera que ha dejado de aceptar billetes de 10 y 20 pesos. El Lucky Bar, situado en el municipio de Playa, se ha convertido en el centro de un acalorado debate en redes sociales tras anunciar esta decisión.

Esta medida se produce en medio de una creciente inflación que ha disparado los precios y complicado la vida cotidiana de los ciudadanos cubanos. Sin embargo, ¿qué motiva a un negocio a rechazar dinero, en cualquier denominación?

Según Marisela Alfonso Madrigal, locutora y quien hizo eco de la noticia en su perfil de Facebook, la justificación del local es que su máquina contadora de billetes “no sirve”. Esto ha provocado una avalancha de críticas y comentarios de ciudadanos insatisfechos, argumentando que la política es arbitraria y complicada, especialmente en un país donde los billetes de mayor denominación son escasos.

La paradoja de esta situación radica en que, aunque los precios de los productos en Lucky Bar oscilan entre 100 y 130 pesos, se niegan a aceptar billetes que, si bien son de menor valor, son esenciales para completar el pago de los productos.

Las reacciones de los usuarios en las redes sociales han sido variadas y vehemente. “Entonces ustedes no quieren vender”, opinó Alfonso Madrigal, resumiendo el sentir general. Otros se quejaron de la ironía de recibir como cambio billetes pequeños al pagar con uno de alta denominación, pero ahora no poder utilizar estos mismos para realizar una compra.

Este incidente es un reflejo de la difícil situación económica en Cuba. La inflación galopante y la escasez de suministros están golpeando fuertemente a los cubanos, quienes deben lidiar con opciones cada vez más limitadas para satisfacer sus necesidades básicas.

El caso del Lucky Bar no es más que una evidencia de cómo los efectos de la inflación y la crisis económica se infiltran en los detalles más cotidianos de la vida, desde la compra de un simple refresco hasta la aceptación de un billete de 10 pesos. Y mientras la economía siga su rumbo incierto, es probable que veamos más de estos casos insólitos y desafiantes en la vida cotidiana de los cubanos.”