La historia de Yirian Domínguez, una cubana que decidió subastar su pelo en redes sociales, es un ejemplo de cómo las personas recurren a medios creativos para enfrentar situaciones económicas difíciles. Anunciando su decisión en Facebook, Domínguez compartió fotos de su larga y cuidada melena negra, que llega más abajo de las caderas, y estableció que la subasta culminaría el 15 de enero.

La propuesta de Domínguez, publicada en el grupo de Facebook ‘Revolico Banes Obelisco’, generó una respuesta significativa. La misma Domínguez rechazó una oferta inicial de 40 mil pesos, indicando que su cabello «vale mucho más». Esto evidencia su determinación en valorar adecuadamente su cabello, que ha cuidado meticulosamente durante años.

La reacción de la comunidad en línea ha sido de apoyo, con varios usuarios aconsejándole que pidiera un precio justo por su pelo. Consejos como «Pide 80 mil; los vale» y «No lo regales» reflejan la comprensión de la comunidad sobre el valor del cabello natural y las dificultades económicas actuales.

El interés en la oferta de Domínguez fue notable, con varias personas ofreciendo cantidades significativas. Al final, la decisión se tomaría entre ofertas que rondan los 65 mil y 60 mil pesos, lo que muestra el alto valor que el cabello natural puede alcanzar, especialmente en un contexto donde se utiliza para hacer extensiones costosas.

El caso de Domínguez no es aislado en Cuba, donde la crisis económica ha llevado a muchas mujeres a vender su cabello para satisfacer necesidades básicas como la alimentación y el cuidado de sus hijos. Esta situación destaca las dificultades que enfrentan muchas familias cubanas y la creatividad y resiliencia que muestran al buscar soluciones a sus problemas económicos.