La ciudad de La Habana, con su rica historia y arquitectura imponente, ha visto cómo una de sus propiedades se convirtió en tema de conversación en los corrillos virtuales y más allá. Se trata de una majestuosa mansión que, por un breve periodo, figuró en el mercado inmobiliario con un precio que llamó la atención: dos millones de dólares.

El anuncio, que apareció originalmente en una publicación de Facebook a cargo de un usuario identificado como Abelardo Díaz, fue retirado poco después de su aparición en el grupo Venta de Casas en USD. A pesar de su breve estancia en el espacio digital, la comunidad habanera no tardó en bautizarla como «la casa de los dos millones», un apodo que resuena con asombro y curiosidad.

Esta elegante propiedad se alza en la Calle 92 No. 508, situada entre la reconocida 5ta Avenida y la 5ta A, en el distinguido barrio de Miramar, en el municipio de Playa. Su enclave es ideal para aquellos que desean disfrutar de la tranquilidad alejada del bullicio del centro, sin renunciar a la proximidad de exclusivos restaurantes, comercios, centros de negocios y opciones culturales y de ocio.

La plataforma en línea Arquitectura Cuba revela que la residencia es un diseño de la década de los 40, obra del arquitecto cubano Manuel Rivero Magnan. Los detalles sobre el primer propietario y los actuales dueños se mantienen en la penumbra de la historia.

Tras la revolución de los años 60, muchas de las suntuosas mansiones habaneras fueron nacionalizadas, y sus propietarios originales partieron al exilio. El gobierno asignó a estas propiedades diversos destinos: algunas se transformaron en embajadas, instituciones estatales o se asignaron a la nueva elite política.

La mencionada mansión, durante una etapa, funcionó bajo el concepto de Hotel Boutique de Lujo, conocido como VIP Le Blanc, aún promocionado para el disfrute de visitantes en Cuba.

Se destaca por sus lujosas instalaciones, incluyendo una piscina, tres bares y un restaurante con un equipo especializado para ofrecer servicios de cócteles y cenas de gala. También cuenta con servicios adicionales como habitaciones con caja fuerte, chef privado y otros lujos que definen una estancia de alta gama.

La controversia en torno a la venta de esta mansión se intensificó a partir de 2022. El reconocido influencer Alex Otaola arrojó luz sobre la propiedad en uno de sus programas, alegando que pertenecía a Abraham Masiques, un funcionario del gobierno asociado al Grupo Empresarial PALCO y que, por su estatus de «medio básico», la adquisición requeriría trato directo con el Estado cubano.

Hasta la fecha, la propiedad está envuelta en el misterio, sin pruebas documentales claras de su titularidad. Además, se ha advertido en redes sociales a los posibles interesados que Miramar es una «zona congelada», implicando que se necesita una autorización especial del Comité Central del Partido Comunista para residir en una de las zonas más exclusivas de Cuba.