La impactante historia de Jimmy Lippert Thyden refleja un problema trágico y profundo que ha afectado a muchas familias en Chile durante las décadas de 1970 y 1980. El tráfico de niños y las «adopciones falsificadas» son una dolorosa mancha en la historia de Chile, con miles de familias desgarradas y vidas marcadas para siempre.

El arrebato de bebés a sus madres, y el engaño a estas haciéndoles creer que sus hijos habían fallecido, es una atrocidad que no tiene palabras. La organización Nos Buscamos ha jugado un papel crucial en la recuperación de la verdad y la reunión de familias, lo cual es un trabajo invaluable y necesario para la sanación de muchas personas afectadas por estos delitos.

Jimmy, ahora un abogado en Virginia, pasó toda su vida creyendo una mentira, mientras que su madre biológica, María Angélica González, vivió con el insoportable dolor de haber «perdido» a su hijo. El hecho de que, después de tanto tiempo, hayan podido reencontrarse es una prueba del poder de la perseverancia, la tecnología y, especialmente, del amor familiar.

La imagen de Thyden siendo recibido con 42 globos, cada uno representando un año de tiempo perdido, es especialmente emotiva. Es un recordatorio de las vidas que fueron cambiadas, de los momentos que fueron robados y de la importancia de nunca olvidar estas injusticias para que no vuelvan a ocurrir.

Es vital que los responsables de estas atrocidades sean llevados ante la justicia y que las víctimas y sus familias reciban el apoyo y la ayuda necesarios para sanar. Las historias como la de Jimmy y su madre biológica deben ser contadas y compartidas para concienciar a la sociedad y prevenir que tragedias similares se repitan en el futuro.