La situación alimentaria en Cuba se ha vuelto cada vez más complicada debido a la inflación y los altos precios de los productos básicos. Incluso comer huevos, una proteína esencial, se ha convertido en un «lujo» inalcanzable para muchos cubanos.

Antes, la carne de res ya era considerada un privilegio para pocos, pero ahora también el huevo se ha vuelto escaso y costoso. A través de la venta normada, cada persona apenas recibe cinco unidades de huevo al mes, lo cual apenas alcanza para dos desayunos medianamente decentes en todo el mes.

Quienes desean algo mejor tienen que buscar alternativas en el mercado, donde los precios son exorbitantes. Un cartón de huevos puede llegar a costar hasta dos mil pesos, y aunque algunas microempresas lo venden ocasionalmente a 1.550 pesos, los revendedores lo adquieren para obtener una ganancia de al menos 450 pesos por cartón.

Mientras tanto, el gobierno cubano sigue hablando de la necesidad de «elevar la producción» para salir de la crisis económica, pero la realidad en la Isla es que los alimentos básicos, incluyendo los huevos, están más caros que nunca. La población sufre ante esta situación, especialmente aquellos que solo tienen acceso a la moneda nacional y no pueden costear los precios elevados.

La segmentación del mercado entre quienes manejan divisas y los que no, ha generado una discriminación y abuso de poder que afecta gravemente a los cubanos. Los alimentos básicos se han vuelto inaccesibles para muchas personas, y esto se agrava con la creciente inflación y la fluctuación del dólar en el mercado informal.

En medio de la crisis económica y la situación difícil, la población se preocupa por su futuro y se cuestiona qué pasará con ellos. La falta de acceso a alimentos básicos como el huevo afecta especialmente a los más vulnerables y empobrecidos por las medidas de la Tarea Ordenamiento.

En resumen, el alto costo de los huevos en Cuba ha llevado a que esta proteína esencial se convierta en un lujo que muchos cubanos no pueden darse, dejando a miles de personas en una situación difícil y precaria. La preocupación por la alimentación y el acceso a productos básicos se ha vuelto una realidad terrible para gran parte de la población cubana.