En solo un año, Guillermo Álvarez Guedes llegó a la conclusión de que el exilio era la respuesta más apropiada a la triunfante Revolución. Por ello, en 1960, este creativo y su familia, compuesta por su esposa y dos hijas, tomaron un avión para abandonar el país que tanto adoraba, aunque su humor siempre se mantuvo empapado del espíritu de Cuba.

El viaje de Guedes, uno de los humoristas cubanos más destacados y reconocidos internacionalmente, comenzó en su ciudad natal, Unión de Reyes, en Matanzas. A la tierna edad de cinco años, hizo su debut en una feria local, ganando un premio. ¿Su truco? Hacer lo que continuaría haciendo toda su vida: contando chistes y provocando carcajadas.

Pese a tener un talento natural para el humor, la mayoría de su familia no respaldaba su deseo de convertirse en artista. No obstante, esto no lo frenó, ni tampoco lo hicieron los comentarios desalentadores que recibió en las audiciones, sugiriendo que buscase otro camino, lejos del arte de la actuación.

Guedes se hizo un nombre en la radio a finales de los años 40. Con la llegada de la televisión a Cuba, consiguió oportunidades en programas de la CMQ, como “Casino de la Alegría” (junto a la inigualable Rita Montaner) y “Jueves de Partagás”. En este último, interpretó un personaje entrañable: «el borracho».

En 1953, se lanzó «El Solar», un espectáculo musical ideado por Alberto Alonso para el club nocturno Montmartre. Entre el reparto, junto a Guedes, se encontraban figuras como el comediante Carlos Pous, Luis Carbonell, y cantantes de la talla de Benny Moré, Rita Montaner y Olga Guillot.

Guedes se convirtió en un rostro familiar en la televisión, apareciendo en comedias, aventuras y musicales. Durante este tiempo, también se estrenó en el cine con las películas «Thief in Silk» (1953) y «The Big Boodle» (1957).

Guedes siempre destacó por la autenticidad cubana de sus personajes. Su carrera cinematográfica se extendió incluso más allá de Cuba, apareciendo en películas como «Dios te salve, psiquiatra» (1966), «A mí qué me importa que explote Miami» (1976), «Bla, bla, bla» (1978), «La chica del alacrán de oro» (1990) y «Que todo quede entre cubanos» (1993).

En 1957, se asoció con el pianista Ernesto Duarte y su hermano Emilio Álvarez Guedes para crear el sello GEMA Records. Esta discográfica fue instrumental para dar a conocer a grandes talentos como Elena Burke, Celeste Mendoza, Fernando Álvarez, Rolando Laserie, Chico O’Farril, y Bebo Valdés.

A pesar de la censura, Guedes logró hacer llegar su humor a Cuba, donde se le escuchaba a volumen bajo, pero con carcajadas sonoras. Grabó 30 discos con chistes que se disfrutaban en secreto.

En sus últimos años, Guedes fue el alma de «Aquí está Álvarez Guedes», en la emisora de radio Clásica 92.3 FM de Miami. A pesar de que su humor estaba arraigado en la idiosincrasia cubana, el programa era muy popular en toda América Latina.

Guedes falleció en 2013 a los 85 años. Los que lo conocieron afirman que era un hombre cultivado que siempre amó a Cuba. Soñó con que sus programas fueran disfrutados por los cubanos de la isla. Aunque era un artista prohibido, se le veneraba desde la clandestinidad.

Desde 2016, la Calle Ocho de Miami honra al legendario humorista cubano con una estrella en su Paseo de la Fama.